El proyecto buscaba complementar la infraestructura de un centro privado de educación básica, por lo que el emplazamiento designado obligaba a respetar la escala e imagen de la infraestructura actual, pero al mismo tiempo permitía proponer un lenguaje singular que identificara su uso y recibiera a sus usuarios.
Programáticamente, se orientaron los servicios y accesos para los alumnos y actores hacía el interior del centro educativo, proponiendo un lenguaje sobrio y macizo, respetando la escala de la infraestructura existente a través de líneas trazadas en las superficies de los muros. El acceso y servicios para el público externo se orientaron hacía el ingreso del centro educativo, proponiendo un lenguaje ligero y transparente para recibir y reunir a dicho público.
El proyecto debió adaptarse a las condiciones particulares, físicas y normativas, del terreno. Su ubicación, junto a la Reserva Natural de los Pantanos de Villa, imponía límites normativos bastantes estrictos sobre la altura máxima del edificio, y también límites subterráneos, al encontrarse el nivel de la napa freática bastante cerca al nivel natural del terreno, restringiendo a la propuesta del aprovechamiento de grandes alturas. Se incorporaron vigas de acero para obtener una amplia sala que alberga 525 butacas en una sola plataforma, y se segmentó el cielo raso con paneles acústicos colgantes, evitando la percepción del límite real de la cobertura.